Movilidad académica a la Universidad Nacional de La Plata, Argentina

Ser estudiante de intercambio ha sido un sueño hecho realidad, uno que parecía inalcanzable pero se mantenía. Desde que ingresé a la universidad soñaba con una estancia de movilidad académica en Argentina, pero por una u otra situación no lo tramitaba. El día en que me decidí contaba con el apoyo de personas maravillosas, de familia, amigos, y administrativos del Centro Universitario de Los Lagos (CULagos) con los cuales estoy muy agradecida y extraño mucho.
 
Era hora de partir, así que empaqué mis sueños y un hasta pronto a las personas que más amo, América del Sur me esperaba. En Buenos Aires una mano amiga me recibía con un fuerte abrazo y un alfajor, ¡buenísimo! El viaje a lo que sería mi nuevo hogar fue interesantísimo, hicimos una primera parada en casa de la compañera de mi amiga quien nos invitó a comer ñoquis. Ellas me explicaban infinidad de cosas que debía saber estando en Argentina mientras tomábamos mate. Nos despedimos y continuamos el viaje, ahora nos movíamos en tren. Era invierno en Argentina. Me sorprendí muchísimo por sus paisajes; los árboles no tenían ni una sola hoja, el frío no era como en casa, sentí nostalgia pero la aventura apenas comenzaba. Así pasaron los días y cada vez hacía menos frío. Me instalé en un hostal donde conocí a mis primeros amigos; todos re buena onda, compartíamos pláticas, comida, música, libros… en las tardes subíamos a la terraza del hostal a contemplar la ciudad de las diagonales.
 
Después de las vacaciones que me ayudaron a conocer y adaptarme, sobre todo con el idioma y el acento; hablamos español, pero pasa que muchas cosas tienen diferentes nombres y para darme a entender, en algunas ocasiones tenía que describir los objetos y así más de una amistad inició.
 
El ciclo académico comenzaba y yo estaba emocionada, las cursadas me encantaron, una de las razones por la que decidí estudiar en Argentina es por la psicología social y psicoanálisis. El sistema educativo varía en algunos aspectos, como en la modalidad de las cursadas; asistía a los teóricos, prácticos y los talleres, además nos reuníamos fuera del aula para realizar un proyecto de investigación; también cambia la manera de aprobar una cursada, ya sea por promoción o final, según la cátedra. Me costó entenderlo, pero poco a poco lo iba haciendo. La Universidad Nacional de La Plata me tomaba por sorpresa, otra psicología. La facultad se destaca notablemente por la cantidad de proyectos de investigación, las becas que ofrece y las oportunidades para estudiantes a ingresar en el ámbito escolar como docentes; fomentando la formación teórica y profesional de la carrera. En las materias que cursé, me parecía estupenda idea que dentro de la bibliografía del plan de estudios leyéramos a nuestros docentes, también leíamos a egresados destacados de la UNLP que ahora eran doctores y fueron en algún momento, docentes en la facultad de psicología de la misma universidad. Me di cuenta que la psicología estaba revolucionando, es cierto eso que dicen: se expanden nuevos horizontes.
 
Es hermosa la experiencia y todo el intercambio cultural, estoy contentísima de conocer a tanta bonita persona que me compartió una sonrisa, un abrazo, que me acompañó con su alegría, con su plática, con su silencio, con sus lágrimas. Al parecer no somos tan diferentes como llegamos a creer, claro, el contexto es otro, pero somos seres humanos. Gracias a todos y todas que hicieron esto posible.
 
 
Mary Carmen Ávila Esqueda
Centro Universitario de Los Lagos (CULagos)