Urgente, brindar seguridad a la mujer

Quienes viven del presupuesto que generan nuestros impuestos, parecen olvidar la importancia económica, social y cultural que tienen las pequeñas empresas familiares, pues a su interior se generan un sinnúmero de complejas relaciones, que en su mayoría detonan situaciones positivas.

Dentro del ambiente familiar se inculcan valores y sobre todo disciplina, acompañada esta de un enorme sentido de responsabilidad y entrega personal, que conforme crece la empresa, une fuertemente a los miembros de la familia, para luego provocar lo mismo entre patrón y empleado, gracias al éxito o viabilidad que supone un paulatino y sólido crecimiento.

 La comunidad se ve también beneficiada por aquellos que de manera honesta y organizada producen, compartiendo su entusiasmo, capacidad y riqueza, de ahí la necesaria simplificación administrativa a la que tendrían que obligarse los gobiernos, para fomentar su multiplicación.

La cultura florece gracias a la sensibilidad y generosidad de sus entornos, lo que abre oportunidades inimaginables para ambientes carentes de dicha visión, de hecho, la actividad cultural incide directamente en la calidad de vida de aquellos sectores descuidados o poco comprendidos, beneficiando directamente a su comunidad.

En la actualidad, todo lo anterior ha dado pauta para la conformación de empresas socialmente responsables, que no son otra cosa que la unión del capital y el trabajo, con el fin de lograr compartir eficazmente el resultado de su esfuerzo en aras del bien común, pese a la renuencia de aquellos entes oficiales que insisten en monopolizar u obstaculizar este tipo de acciones, para su particular provecho, bajo la premisa de que "el que parte y comparte se queda con la mejor parte".

 

 

Por JUANA MARÍA RAMÍREZ
2017-12-07 - 00:00:00 Actualización: 07:49:09
Fotografía: cortesía
@fercam_18
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Fuente: Crónica Jalisco: http://www.cronicajalisco.com/notas/2017/82359.html